El título de mi novela era llamativo y prometedor: “La Condesa Haciendo el Amor”. Convencida de su éxito, planeé darme un festín de carne de res coreana con mi amiga. Pero la realidad fue cruel: la novela fracasó estrepitosamente, la carne se desvaneció y, como si fuera poco… ¡terminé dentro de mi propia historia como Adeline Mayspril!
¿Y quién es Adeline? Un personaje secundario de los secundarios, siempre corriendo de un lado a otro para ayudar a la protagonista, Liana, y recopilando información sin descanso. Como alguien introvertida, lo único que quiero es una vida tranquila en un rincón apartado. Pero hay un problema: la historia no sigue el guion. Liana, que debía ser calmada y racional, ahora está llena de celos, y Estian, el caballero que debía estar enamorado de ella… ¡parece tener sentimientos por mí!
Solo quería vivir en paz, pero el destino decidió hacerme protagonista de un caos inesperado.
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